A ghost story (2017)


País: EEUU
Género: Drama fantástico
Director: David Lowery
Protagonistas: Rooney Mara (M), Casey Affleck (C).
Festivales/Premios: Festival Sitges 2017 (Competición Oficial).
OPINIÓN:
En esta rompedora y conmovedora película, nada es lo que parece.
Para empezar, el título apela a una convención de "una historia de fantasmas" cuando poca relación encontraremos con cualquier antecesora que haya tratado con los espíritus en el mundo de los vivos.
En segundo lugar, los que esperen una de terror, abandonen el intento: no tiene ni el más mínimo elemento del género.
Además, y tal vez lo más importante, la estructura narrativa se distancia bastante del mainstream o de cualquier intención comercial para alzarse con una voz original y sorprendente.
Lowery se propone básicamente contarnos una historia de amor utilizando recursos de otros géneros. En este sentido, la apuesta técnica pasa por el uso de un encuadre casi cuadrado y una fotografía de tonos suaves, que resultan perfectamente funcional al seductor tono intimista y cercano que busca (y encuentra).
Pero por encima de todo, hay dos ideas brillantes que hacen que este film sea lo que es. Una es la de presentarnos al fantasma de la manera más simplona y directa: un tipo cubierto con una sábana blanca. Por un lado, desperdiciar a un actor oscarizado como Affleck debajo de una sábana, hace fruncir la nariz. No obstante, esta idea, que podría parecer destinada al fiasco e imposible de hacer funcionar con el tono de la película, termina dándole al fantasma una profundidad admirable.
La otra idea es hacer al fantasma el protagonista y hacer girar todo el relato en torno a su punto de vista. Otra vez, un protagonista que casi no se mueve y que no tiene cara, podría parecer la peor de las ideas. Aquí yace la lucidez y el talento del director para brindarnos este protagonista paradójicamente tan sólido, solamente con ligeros movimientos de sábana y la cuidadosa elección de preciosos planos.
El desafío más importante que se nos exige para poder apreciar la belleza de esta película, es tener paciencia. La primera mitad puede resultar exasperante. La decantación del director por escenas prolongadísimas mucho más allá de nuestras costumbres, hará que mucha gente abandone el intento frustrada. Pero si nos dejamos seducir, a medida que pasen los segundos nos encontraremos con la contemplación calma por un lado, y con inquietud por otro, por estar viendo algo que no deberíamos. Estas sensaciones bien podrían ser las que sufre en carne propia el protagonista.
Merece una felicitación aparte la ajustada y precisa banda sonora, que toca las cuerdas (=fibra) sólo cuando hace falta.
Pero lo más impresionante de este film, son los últimos 20 minutos, donde somos testigos de un cambio de perspectiva abismal y abrumador. Así, lentamente, demasiado lentamente, nos pasea por lo que parece ser un duelo. Pero la cosa va transformándose con una delicadeza aplastante en una profunda reflexión acerca de la pérdida y una original teoría filosófica de la existencia, que se entrelazan de la manera más natural y nos dejan con una mezcla de sensaciones difíciles de poner en palabras. No extraña que haya experiencias de gente que, una vez acabada la cinta, se queda inmóvil y muda hasta pasados los créditos.
Una vivencia cinematográfica muy original y muy recomendable, que sacude y conmueve delicadamente y se experimenta con los sentidos, pero también con el cuerpo
Nivel de entretenimiento: lenta.

Argumento: Tras morir en un accidente, C vuelve a la casa que compartía con su amada esposa. Desde la contemplación, tendrá que intentar comprender el sentido de la vida, la muerte y el amor.
La Escena:
Cuando el fantasma se encuentra observándose a sí mismo mirando por la ventana. Shock tremendo que resignifica toda la película con un tenue gesto.
Diálogo:
Huésped de la casa: Sin duda, hacemos lo que podemos para perdurar. Construimos nuestro legado pieza a pieza y tal vez todo el mundo te recordará o tal vez sólo un par de personas, pero haces lo que puedes para asegurarte que sigues estando después que te vayas.