El viajante (2016)
Título original: Forushande
País: Irán / Francia
Género: Drama
Director: Asghar Farhadi
Protagonistas: Shahab Hosseini (Emad Etesami), Taraneh Alidoosti (Rana Etesami)
Festivales/Premios: Premios Oscar 2017 (ganadora Mejor Película Extranjera), Premios Globo de Oro 2017 (nominada Mejor Película Extranjera), Festival Cannes 2016 (ganadora Mejor Guion, Mejor Actor Shahab Hosseini / nominada Palma de Oro)
Guion: impecable demostración de talento narrativo, apoyado en elementos escasos pero firmes, maravillosa apertura progresiva de la complejidad de los personajes a través de los diálogos y devastadores giros argumentales.
Trabajo actoral: La pareja realiza un enorme y fundamental trabajo, por su capacidad de conmover profundamente con performances sutiles, poco forzadas y contenidas, donde los gestos mínimos lo son todo. Hay que decir que Hosseini es el pilar del film, con un personaje que asombra por la capacidad de transmitir esa cualidad de "hombre común", sin artificios, y a la vez puede desplazarse casi imperceptiblemente entre generar empatía y generar espanto.
OPINIÓN:
El iraní nos obsequia un sólido drama moral construido con paciencia y maestría.
A partir de una tragedia, Farhadi se compromete de lleno en la exploración minuciosa de los efectos de un trauma en dos individuos, tanto como pareja como por separado, aprovechando la diferencia del camino por donde lleva a cada uno para investigar diferentes reacciones ante la conmoción sufrida.
El cuestionamiento moral que introduce y que cocina a fuego lento hasta niveles de tensión muy inquietantes e insospechados, conmoverá e implicará profundamente a cualquiera que se anime a verla. En esa línea, lo más atractivo es que rehúye de las respuestas fáciles. ¿Hasta qué punto el dolor y el trauma justifican cometer actos cuestionables? ¿Por qué cometemos estos actos en última instancia: por empatía o por egoísmo? ¿Estamos autorizados a actuar en nombre de otro sin que se nos lo pida? En el uno a uno, ¿podemos identificar la diferencia entre venganza y justicia? El director nos obliga a mirarnos en espejo con el fantástico personaje de Emad que fabrica: la línea que nos separa de los monstruos puede ser muy delgada.
A resaltar también como introduce en la ecuación la pregunta por la influencia de la imagen en nuestros juicios morales. Si el agresor es fuerte e inescrupuloso, ¿se merece más castigo? En cambio, si tiene algún rasgo de debilidad o se arrepiente, ¿se merece el perdón?
La solidez del guion hace posible el florecimiento de toda la película alrededor de estas cuestiones. Es una obra de minuciosa ingeniería, con cada elemento jugando su papel y ubicado con tanta precisión, que uno queda inmerso en el infierno que viven los protagonistas, y palpa el sentimiento de fatalidad que va oscureciendo la cinta, que comienza con calma y avanza con aplomo en una espiral de tensión hacia lo que podría ser un thriller con toques de violencia, incluso llega a producir destellos de verdadero pavor.
La calidad artística queda demostrada por lo mucho que logra con contados recursos: dos o tres actores, una habitación, diálogos jugosísimos donde no sobra ni una palabra, una cámara precisa que genera intimidad y transmite familiaridad y cercanía, primeros planos que no dejan escapar nada del maravilloso esfuerzo actoral y planos prolongados para aumentar la tensión.
Hacia el final todo el film cae con una solidez y un peso específico que abruma y cautiva. El estado de asombro y reflexión profunda en que te deja el cineasta, imposibilita la indiferencia y nos hace preguntar por qué esto no pasa más a menudo en el cine. La pregunta "¿Qué hubiera hecho yo?" es inevitable.
No pierdan la oportunidad de dejarse impresionar por esta joya.
Nivel de entretenimiento: avanza con tranquilidad, pero firme y tensa.
Argumento: Un matrimonio pierde su vivienda y se ve obligado a mudarse de urgencia. En su nuevo hogar, la esposa es atacada sin poder identificar al agresor. El marido se ve arrastrado a una investigación febril para averiguar qué pasó exactamente y quién fue el atacante, con consecuencias inesperadas.
La Escena:
Cuando están cenando Emad, Rana y el niño. Rana dice que usó el dinero encontrado en el cajón para comprar la comida. Magistral manera de aumentar la tensión sin estallidos (por el freno que implica la presencia del niño) y plantear un duro giro argumental.
