Tenemos la carne (2016)
Países: México / Francia
Género: Terror / Drama
Director: Emiliano Rocha Minter
Protagonistas: Noé Hernández (Mariano), María Evoli (Fauna), Diego Gamaliel (Lucio).
Festivales/Premios: Festival Sitges 2016 (Competición Oficial).
OPINIÓN:
Dato 1: En su proyección durante del Festival de Sitges, rompió el record de deserciones de la sala.
Dato 2: Fue respaldada sólidamente por los dos gigantes del cine mexicano actual Alfonso Cuarón y Alejandro González Iñárritu.
Con esta introducción, ya se imaginarán que está en el extremo opuesto de lo agradable y lo convencional. El debutante director mexicano sale a jugar armado hasta los dientes con una pieza difícilmente clasificable e indudablemente desafiante.
Ubicando la acción en una situación indefinida, con escasas referencias (¿es presente? ¿futuro? ¿los protagonistas son vagabundos de una gran ciudad? ¿o sobrevivientes de un apocalipsis?), se interesa por explorar los límites de la conducta moral y sexual humana, fuera del tiempo y el espacio.
La apuesta es frontalmente violenta y transgresora: muchas de las escenas más bellas desde la estética y lo visual, son a la vez, generadoras de repulsión y asco. Se dedica sistemáticamente a romper cualquier convención o límite en cuanto a lo que se permite mostrar en el cine acerca de la sexualidad (ej: primer plano prolongado de genitales), pero con el mérito de mantenerse bien alejado de cualquier posible denuncia de pornografía, gracias a la talentosa factura visual.
La labor de Noé Hernández en esta desquiciada aventura resulta terriblemente potente y convincente; deja dudas si está actuando o es realmente el enajenado que interpreta.
Por desgracia, el cuidado que pone el cineasta en la puesta en escena y la fotografía para realzar los momentos cumbres con escenas oníricas y envolventes que nos darían fotogramas espectaculares, no se equilibra por el descuido de una línea argumental sólida que soporte toda la locura que despliega en estas imágenes. Poco entendemos y poco nos importa.
Un delirio personal, potentísimo y perturbador.
Nivel de entretenimiento: lenta y desconcertante.
Argumento: Un pareja de hermanos encuentra la posibilidad de refugio y comida con un extraño ermitaño. Pero para poder quedarse allí, tendrán que cumplir los designios perversos de su anfitrión.
La Escena:
Cuando Mariano obliga a los hermanos a tener sexo. Brutal.
