Hail, Caesar! (2016)
País: EEUU / Inglaterra
Género: Comedia
Festivales/Premios: Premios Oscar 2017 (nominada Mejor Diseño de Producción)
Directores: Joel Coen, Ethan Coen
Actores: Josh Brolin (Eddie Mannix), George Clooney (Baird Whitlock), Alden Ehrenreich (Hobie Doyle), Ralph Fiennes (Laurence Laurentz), Scarlett Johansson (DeAnn Moran), Tilda Swinton (Thora y Thessaly Thacker), Channing Tatum (Burt Gurney).
Guión: decir que los hermanos Coen no saben escribir sería como decir que el sol no ilumina. Pero en esta ocasión, a pesar de algunos diálogos brillantes aislados, creo que el producto terminado no llega a cerrar como un todo y se diluye en demasiadas vertientes.
Trabajo actoral: Brolin se lleva los laureles, con un papel fuerte y un presencia contundente en la cinta. Para variar, Johansson sorprende con su mini-papel. Grata revelación la de Ehrenreich.
OPINIÓN:
Lo que han hecho los Coen en esta oportunidad es un homenaje con bombos y platillos al Hollywood de los años dorados. Gran despliegue de un elenco interminable, una escenografía muy producida y detallista, un vestuario magnífico y una fotografía de lujo.
En distintos momentos de la peli, casi como cortometrajes sucesivos, se detienen en homenajear y parodiar al mismo tiempo distintos hitos de aquel cine: el musical, la coreografía, los dramas de época, etc.
Salvo algún pasaje aislado, en este largometraje, se extraña el humor punzante de estos hermanos.
El problema de la película es que el guión no termina de coagular, de cohesionar. Los personajes aparecen y desaparecen con una rapidez, y a veces con poca relación entre ellos, que no deja que nos compenetremos con la historia. El único personaje que tiene algo de consistencia es el de Josh Brolin. Al final queda una sensación de desmembramiento que decepciona. El que mucho abarco poco aprieta. Esperaremos algo mejor de estos genios el año que viene.
Nivel de entretenimiento: 50%-50% pero más tirando a lenta.
Argumento: Eddie Mannix hace malabares a diario en su trabajo para mantener las producciones de su estudio cinematográfico a flote, desde resolver problemas legales a satisfacer caprichos de las divas. Un día desaparece el actor principal de la producción más grande del estudio.
La Escena: el debate con los representantes de las diferentes religiones sobre el papel de Jesucristo en la película. Hilarante y ácido. Lo mejor de la película.
Diálogo:
Hobie Doyle con dificultades de dicción, intentando seguir las indicaciones del director Laurentz (va en inglés porque traducido no tiene sentido):
Hobie: Would that it were so simple? (mal pronunciado)
Laurentz: Would that it were so simple?
Hobie: Would that it were so simple? (mal pronunciado)
Laurentz: Would that it were so simple?
Y así sucesivamente...
